A pesar de los avances de la ciencia, el ser humano sigue conservando la curiosidad y el temor por lo oculto, lo místico e inexplicable.
Las supersticiones están íntimamente ligadas con la religión y la fe con el fin de atraer el bienestar y paz de quien las practica.
Generalmente, se cree que estas supersticiones, basadas en su mayoría en tradiciones populares, pueden alterar el destino o la suerte de las personas tanto de manera positiva como negativa, dependiendo del acto supersticioso.
De hecho, para cada superstición existe un acto que contrarresta, supuestamente, que la mala suerte y las cosas negativas interfieran en la persona que las practica.
Te contamos las más populares y como neutralizar sus efectos negativos.
No hay peor acto para atraer las malas energías que romper un espejo, este acto indica que quien lo quiebra tendrá 7 años de mala suerte.
Para evitar las desgracias, existen varios remedios, uno es recoger las piezas, con mucho cuidado de no cortarte, y reutilizarlas en alguna manualidad o convertirlo en polvo y deshacerte de él.
La más segura y la más usada es que cuando esto te suceda tomes un poco de sal con tu mano derecha y la arrojes por detrás del hombro izquierdo ya que si lo haces sobre el derecho atraerás más mala suerte.
Se dice que nuestras palabras pueden llegar a materializarse, tanto lo negativo que sale de nuestra boca como lo positivo. Para evitar que lo negativo se cumpla en la tradición pagana se creían que en los árboles vivían espíritus, razón por la cual cuando esto sucedía se golpeaban con fuerza para invocar la protección de estas entidades.
Para que funciones debes asegurarte de que la madera que toques sea natural y libre de pintura o algún elemento artificial.
Se dice que limpiar la mesa con papel trae mala suerte pues a esto se le relaciona como un mal augurio contra el dinero.
Para evitarlo, se recomienda siempre usar un paño de tela para así no espantar la abundancia económica de nuestro hogar.
Esta superstición tiene varios orígenes, pero la más conocida es la que surgió durante la edad Media pues se creía que si pasabas por debajo de una escalera atraerías la muerte, se supone que la parte inferior de una escalera es muy parecida a una horca y en ese espacio oscilan los espíritus de las personas ejecutadas.
Para neutralizar este efecto y evitar atraer la mala fortuna volver sobre tus pasos para deshacer el maleficio, cruzar los dedos hasta que ver a un perro o tocar madera.
Se cree que esta superstición tiene su origen en España en el siglo XVI, la gente relacionaba a la escoba con cosas malignas y con las brujas, puesto que en la antigüedad estos utensilios de limpieza estaban fabricados con retama, una planta a la que se le atribuían poderes mágicos y sexuales.